Global 6K For Water por José Luis Búrdalo

5 de mayo, crónica casi un mes después… que le vamos a hacer, tocaba la GLOBAL 6K FOR WATER, carrera que se podía disputar en dos distancias, 6 o 10 kilómetros.

La distancia de 10 kilómetros recuperaba el recorrido de la mítica Carrera del Agua que organizaba Canal de Isabel II y que creo recordar hace ya uno o dos años que no se hace, una carrera que siempre coincidía con salida familiar fuera de Madrid y que nunca pude disputar, así que inscribirme era casi imprescindible para probar dicho recorrido… pero además, fue obligatorio cuando en la feria del corredor del Movistar Medio Maratón de Madrid, adquirí dicho compromiso con gente de la organización.

Se trata de una de esas carreras con salida y meta en dos puntos distintos, por lo que hay que preparar intendencia de mochila y ropero u optar por soluciones en función de las distancias entre ambos puntos.

Una vez comprobé que la distancia más corta entre meta y la salida era de unos tres kilómetros y medio, decidí aparcar en zona de meta y subir hasta Plaza de Castilla trotando y calentando, idea a la que se unión Pepe Bordés.

Allí nos plantamos con margen, en zona de meta, cerca de las instalaciones deportivas / estadio de Vallehermoso, en el Paseo de San Francisco de Sales mientras estaban montando arco de meta y preparando la zona de llegada, nos saludamos y nos dirigimos por la Avenida de Pablo Iglesias en dirección a la Avenida de la Reina Victoria, de ahí a la Glorieta de Cuatro Caminos y Calle de Bravo Murillo arriba hasta Plaza Castilla, un poco más allá, en la Calle de Mateo Inurria estaba situada la salida. Carlos Gómez también nos iba a acompañar, pero no acabó de cuadrar transporte público y por poco casi no llega a la zona de salida a tiempo.

3,48 kilómetros a trote suave (5:56 min/km) que hicimos en poco más de 20 minutos y que no éramos los únicos que habías optado por la misma solución.

Ya en zona de salida, empezamos a encontrarnos con los sospechosos habituales, Ismael, José Luis, Javier, Estefanía, César, Sonia, Marisa, Diego, Jesús, Mario… vamos, el pack completo de cada fin de semana.

El recorrido está homologado y me apetecía probar hasta dónde era capaz de llegar, hace tiempo que no fuerzo la maquinaria, que estoy en modo correr más lejos, no más rápido, pero en esta carrera quería ver si podía acercarme a 50 minutos, como en los viejos tiempos… contando con que ya me había cansado un poco con el trayecto desde meta, pero también me había servido para calentar.

Salida en la Calle del General López Pozas y, tras el tradicional video de Ismael en las carreras o entrenamientos en los que coincidimos, me olvidé de todo lo de alrededor y empecé a apretar en dirección a la Calle de Fray Bernardino Sahagún para, al llegar a la Plaza del Presidente Cárdenas, girar a la izquierda y tomar el Paseo de La Habana.

Yo, que soy de estudiarme los recorridos y perfiles, sabía que hasta el tercer kilómetro no llegaría la primera subida (ay, si pesara 20 kilos menos, estas cosas no me preocuparían), así que iba a correr todo lo que pudiese, olvidándome del reloj hasta el paso por cada kilómetro y olvidando por un día las pulsaciones.

El primer kilómetro en el Paseo de la Habana sale a 4:53 min/km, que saliendo desde parado y con vídeo de salida, doy por muy bueno, aunque empiezo a pensar que debo apretar un poco, estoy muy cerca del límite de 5 min/km y siendo distancia homologada, al final saldrá más distancia.

En este primer kilómetro Carlos se marcha, siempre es el que va más fuerte de nosotros y miro hacia atrás y no veo ni a Pepe ni a Ismael, supongo que irán juntos.

Se termina el Paseo de la Habana en la prolongación de la Calle de Mateo Inurria, en la Calle Platerías y si bien es cierto que el perfil acumulado es descendente, vamos haciendo pequeños sube y baja, con mayor predominio de “baja”, pero al girar a la derecha en la Calle Platerías, es una zona ya conocida de otras muchas carreras, hay un pequeño repecho, poca cosa, apenas una manzana, pero hay que subirlo y, poco después giramos a la derecha hacia la Avenida de Pio XII que nos tiene que llevar hasta la Plaza de la República Dominicana.

La Avenida es otra bajada bastante pronunciada con pocos metros de repechos intercalados, el segundo kilómetro sale en 4:41 min/km… casi no me lo creo, pero soy consciente de que estoy forzando mucho.

Al llegar a la Plaza de la República Dominicana, giro a la derecha y toca el primer repecho serio, la Avenida de Alberto Alcocer hasta el Paseo de la Habana, nada más girar, al comienzo de la Avenida, tercer kilómetro a 4:54 min/km y en la subida de Alberto Alcocer, me pasan los amigos de la Tapia, Sonia, Marisa y Diego, van como tiros… gente muy fuerte estos de la Tapia, me saludan y les devuelvo el saludo tratando de no perder demasiada fuerza, pues esta primera rampa, aunque intensa, es corta y al girar hacia el Paseo de la Habana, toca de nuevo bajar y compensar entre recuperar, correr rápido y conservar, pues en el kilómetro 4 empieza “lo que pica de verdad”.

Dicho kilómetro cuatro está bien avanzado el Paseo de la Habana, poco antes de llegar a la Plaza de los Sagrados Corazones, punto runner archiconocido, SALIDA DE LA SAN SILVESTRE VALLECANA y sale el parcial a 4:55 min/km, no está mal, sigo teniendo un pequeño margen para bajar de 50 minutos… a ver si lo puedo administrar en el tramo más duro.

Giramos a la derecha hacia la Calle de Padre Damián (SALIDA DEL DERBI DE LAS AFICIONES) y hacia la izquierda, Calle de Rafael Salgado, dejando el Santiago Bernabéu a la izquierda.

Giro de 90º a la derecha y lateral del Paseo de la Castellana, kilómetro y medio hasta Plaza Castilla… hasta aquí, he recorrido calles por las que nunca antes había corrido, a excepción de Padre Damián, desde aquí, territorio más que conocido… tenía que subir la Castellana con la menor pérdida de tiempo posible pero es cierto que me voy notando forzado y soy consciente que me voy dejando segundos… quinto kilómetro en 5:09 min/km, prácticamente, compensando el exceso de metros por la homologación de la distancia, entre lo rebajado y estos segundos de más, estaría en 50 si lograse bajar Bravo Murillo a ritmo de 5:00 min/km y mantener el kilómetro que falta hasta Plaza Castilla el ritmo… pero no lo mantengo y llego al kilómetro 6 (Plaza Castilla) con un parcial de 5:28 min/km.

Recuperar medio minuto en los cuatro kilómetros (y pico, por el exceso de medición) que faltan supondría correr a 4:45 min/km, sencillamente imposible. En Plaza de Castilla soy consciente de que no tendré sub 50 y que es probable que el último que tuve en noviembre de 2017 sea el último en mucho tiempo, va a ser complicado que vuelva a salir en primera oleada de la San Silvestre, pero bueno… al menos lo he hecho dos años, eso ya no me lo quita nadie.

Una vez soy consciente y consecuente con lo que toca y conociendo la Calle de Bravo Murillo, aquí casi podría enlazar vínculo a la crónica del EDP ROCK´N´ROLL ½ MARATÓN MADRID, todo lo dicho entonces es válido, solo que con menos gente…

Bravo Murillo acumula un perfil claramente descendente, pero tiene sus pequeños tramos de ups… pica un poquito para arriba, los dichosos y característicos toboganes de Madrid.

Una vez he recuperado fuerzas, bebido agua y soltado brazos y hombros tras Plaza de Castilla, consciente de que no bajaré de 50, me propongo tratar de hace el menor tiempo posible, ya que llevamos una buena renta de los primeros 3-4 kilómetros, vamos a dar caña y además, la calle está prácticamente a la sombra en toda su extensión, así que aprovechando temperatura y perfil acumulado, los dos kilómetros y medio hasta llegar al cruce con la Calle de Ríos Rosas salen a 4:59, 5:03 y 5:09 min/km… muy lejos de los 4:54 que debería haber mantenido en “un mundo ideal”.

Giro a la derecha en la Calle de Ríos Rosas, pequeño repecho y Avenida de Filipinas, ahora toca sol… entramos en el Centro de Ocio y Deportes del Canal de Isabel II / Parque de Santander y huyo de la zona de pavimento adoquinado por su irregularidad y por dónde están los corredores que hicieron la distancia de 6 kilómetros y me pongo en un carril de material sintético o caucho, similar al tartán para recorrer todo el lateral del parque, que además, sube y sube ligeramente… llegando a la puerta de salida me salta el kilómetro 10 en 5:04 min/km (50:13 minutos en 10 kilómetros) pero todavía faltan unos 200 metros por el Paseo de San Francisco de Sales que me coloca un minuto más de tiempo, por lo que termino con 51:13 minutos, a un ritmo de ¡¡¡5:01 min/km!!! que casi no me creo.

En ese momento, nada más entrar en meta, miro el reloj y sin gafas de cerca, empiezo a alucinar, el reloj me marca 50:13 / 5:01 y me maldigo a mi mismo por no haber rascado esos 13 segundos en los primeros kilómetros o no haber apretado más en Castellana, o no… pero no estoy mirando bien, el reloj me está marcando mi MMP en 10 kilómetros de los últimos meses, pero el tiempo real ha sido de un minuto más, 51:13 (que tampoco está nada mal y también es de lo mejorcito desde noviembre de 2017, si no me equivoco, bajando los 51:24 de los 10 kilómetros del 3º Maratón de Alcalá en octubre de 2018, pero sin llegar a los 50:54 de Parla 2018.

Así pues, siendo realista, sabiendo que no estoy para bajar de 50 minutos y que tendré que seguir en el mantra de llegar más lejos, no más rápido… una alegría así para el cuerpo de vez en cuando supone una inyección importante de moral y energía… otra cosa es analizar pulsaciones y comprobar que estuve corriendo el 78 % del tiempo al límite, pero como digo, eso es algo que solo fuerzo de vez en cuando, con el tiempo he aprendido a correr controlándome mejor y oscilando en el límite de esfuerzo y sobre esfuerzo.

En meta veo a Jesús Sepulveda, el tío ha hecho un tiempazo, muy en su línea y, mientras hablamos y también encuentro a Carlos, vemos llegar a Pepe y a Ismael.

Volvemos a juntarnos buena parte de los que estábamos en la salida, además aparece un vecino, José Antonio… con el que estuvimos cuatro días antes en Marchamalo y tras recuperarnos un poco, dimos buena cuenta de un pastel de zanahorias que había llevado Pepe Bordés, para celebrar de todo un poco y entre todo, su primer medio maratón de hacía unas semanas. Hubo momento MacGyver de tener que cortar el pastel con un “cuchillo” improvisado con parte de la caja de cartón del pastel.

Algo que me hace especial ilusión, una fotografía de Mario, que llegó mucho antes y que me sacó cuando estaba en las instalaciones deportivas del Canal, llegando al décimo kilómetro y es que, en todas las fotografías siempre me veo con aspecto “pesado”, zancada corta, sin técnica, pisando mal… es lo que hay, así soy y así acumulo carreras y kilómetros, pero en esa foto es de las pocas en las que me veo mejor, con una amplitud de zancada algo mayor, la verdad es que me gusta esa foto, gracias Mario, supongo que estará incluida en esta crónica.

Y no puedo terminar sin mencionar un detalle, medalla finisher… de las carreras infantiles, pero medalla al fin y al cabo, detalle de gente de la organización por mi obsesión con las medallas finisher.

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