Doblete: XXXVIII Carrera de la Ciencia + Carreras Mediterráneas-Madrid por José Luis Búrdalo

El pasado domingo, 21 de octubre, me encontré inscrito en dos carreras, casi sin querer… la Carrera de la Ciencia ya la tenía fija desde hace semanas y la segunda, surgió al ver que se trataba de carrera de inscripción gratuita y, me falló la fecha, pensé y asocié el 21 de octubre al sábado (menudo fallo, desde que empecé a correr carreras populares, las semanas las contabilizo de domingo en domingo, algo que mi mujer sabe bien, puedo recitar casi de memoria los domingos del año) apuntándome a 10 kms con la idea de hacer 10 el sábado, 10 el domingo… pero una vez inscrito, me di cuenta del error y de que sería prácticamente imposible desplazarme de una carrera a otra y hacer ambos recorridos de 10 kms (más allá del cansancio, que también influiría), por suerte, la segunda carrera no tendía chip y tenía distancia de 5 kms, por lo que al recoger del dorsal pude cambiar la distancia elegida.

La idea era sencilla y, al anunciar las carreras previstas en redes sociales, en Instagram, me di cuenta que no era el único con esa idea en la cabeza, había gente conocida que haría una u otra, pero había también algún otro loco con la intención de hacer ambas carreras, eso sí, gente que corre mucho más que yo, lo que significaba que terminarían antes la Carrera de la Ciencia y llegarían antes al Parque Juan Carlos I… ups, si ya se pone mal para aparcar a primera hora de la mañana, llegar sobre las 10:30 / 11:00, aparcar iba a ser un verdadero problema.

Empecemos por la primera, la XXXVIII CARRERA DE LA CIENCIA, una de las clásicas de Madrid, para mí, la cuarta participación, con el objetivo de tratar de estar cerca de la marca de 2017 (52:37) que era la mejor que tenía hasta ese momento y con la cabeza puesta en tal vez guardar algo para los 5 kms de la siguiente carrera.

En esta carrera toca recoger el dorsal antes de salir, algo que reconozco me estresa un poquillo, me fuerza a llevar un margen de tiempo para aparcar, ir a por el dorsal, volver al coche, cambiarme… en fin, cada uno tiene su liturgia previa.

La entrega de dorsales se hace, como siempre, en el patio posterior del CSIC, en la Calle Serrano, muchos puestos perfectamente identificados por lo que tuve que esperar apenas un par de minutos para recoger el mío, número redondo 3300, el último del paquete de dorsales y, como durante la noche llovió, el primero en contacto con superficie mojada, ¡ay!, que coraje, estaba mojado (otro de mis fetiches runner, guardar y cuidar los dorsales, algún día estarán empapelando alguna pared de casa).

Lo dicho, vuelta al coche y a cambiarse, pese a que a las 8:00 hacía un pelín de frío, incluso en invierno suelo correr de corto, así que fuera pantalón largo, fuera cortaviento y poco a poco entrando en calor y trotando de nuevo hasta la salida, cruzándome con gente que acababan de recoger los dorsales escasos 20 minutos antes de empezar, incluso muy poco antes de darse la salida… y yo agobiado por si no llegaba y a las 7:45 estaba entrando en el CSIC.

Caliento cerca de la zona de salida, frente al CSIC, a la altura de la Calle Serrano 117, me encuentro con Andrés, no veo a Virginia, lo que suelo decir habitualmente, sospechosos habituales de las carreras… Andrés y yo charlamos hasta el mismísimo pistoletazo de salida, él motivado y concentrado en bajar de la hora (lo consiguió y, holgadamente) y yo con la cabeza puesta en acabar, recoger la bolsa del corredor y salir pitando. Chispea muy ligeramente.

Salida. La zona en la que estaba hablando con Andrés es de las más atrasadas de la carrera y en los primeros metros hasta pasar por el arco de salida, adelanto todo lo posible para tratar de salir en la mitad del pelotón, mucha gente, pero la pendiente favorable y descendiente de la Calle Serrano ayuda a que haya espacio suficiente para correr sin agobios.

La Calle Serrano es una sucesión de subidas y bajadas pero que, en conjunto, las bajadas se llevan la palma, si bien es cierto que el par de repechos que tiene, hay que cogerlos con ganas para no penalizar demasiado, no son duros ni largos, por lo que se sobrellevan.

500 mts, cruzamos José Abascal y aparece el primer repecho que nos lleva hasta la esquina dónde se encuentra la Embajada Americana, cruce con Juan Bravo, primer kilómetro a 4:53 min/km, no está mal saliendo desde parado, me animo… todo lo que sea estar por debajo de 5:00 aunque sea bajando a tumba abierta, para mí es un triunfo, no soy pequeñito ni fino, ocupo mucho espacio y opongo resistencia al aire, mido unos 185 cms y peso cerca de 100 kgs que debo mover con mis tiernas patitas… en 5:20 / 5:30 me encuentro cómodo, enlazar como enlace los tres primeros kilómetros por debajo de 5:00, aún siendo en bajada, supone extra de motivación y segundillos disponibles para cuando llegan los momentos más duros.

Nada más pasar el cruce con la Calle Goya el reloj marca el segundo kilómetro, otra cosa es el cartel indicador que, al ser carrera homologada, está un poco más allá, éste parcial sale a 4:48, bien… y de repente, giro a la derecha en la Calle de Recoletos, cuatro años corriendo esta prueba y siempre se me olvida que giramos ahí, bajo Serrano pensando que como en otras muchas carreras, se llega hasta la puerta de Alcalá para bajar la Calle de Alcalá hasta el Paseo de Recoletos.

En el momento de girar, maldigo no haber apretado un poquito más para haber rascado algún segundo más, pues toca empezar a subir y mi creencia errada de que seguiríamos bajando por Serrano me hizo pensar que rentabilizaría algunos segundos más en tramo de bajada.

La Calle de Recoletos es bastante más estrecha en comparación con la Calle Serrano y pese a ser un tramo corto, es de los pocos tramos en esta carrera en los que hay que andar con cuidado para no tropezar y no estorbar.

Giramos de nuevo a la derecha y encaramos el Paseo de Recoletos… la suerte está echada, ahora tocan cinco kilómetros de subida continua, el archiconocido Paseo de Recoletos y el Paseo de la Castellana.

Plaza de Colón, kilómetro 3, sale a 4:58 y me sigo encontrando bien, aún no ha comenzado lo más duro así que trato de mantener la inercia y el mejor ritmo posible todo lo que pueda, reconozco que en ese momento no estaba pensando en la siguiente carrera… poco antes de llegar a Colón, veo a Raúl, uno de los Mapoma Ambassador, un tío muy majete (¡eh!, que todos lo son y tengo la suerte de haber coincidido con ellos en más de una carrera) con el tuve una conversación muy animada sobre “esto de correr” en una quedada en la Casa de Campo organizada por Mapoma, precisamente con ellos, con los Ambassador y Raúl fue el guía del grupo en el que hice aquella quedada. Nos saludamos, nos vimos bien… seguimos corriendo.

Zona Nuevos Ministerios, kilómetro cinco y medio, joroba, como me cuesta siempre ese trocito, soy consciente que seguramente está en mi cabeza, pero ese tramos se me hace bola, el ritmo empieza a resentirse y comienzo a estar en mi media habitual, toca apretar los dientes y comprobar si los baches y grietas del asfalto de hace un par de semanas siguen igual o peor… los dichosos kilómetros le ponen a cada uno en su lugar y a mí me estaban empezando a dar un toque en plan “no te hagas ilusiones, por debajo de 5:00 no es lo tuyo”.

Poco antes de llegar a la Plaza de Lima, kilómetro 6, avituallamiento líquido, bebo poco, siempre prefiero beber cuando se ha acabado una subida, en el punto en el que “lo sueltas todo” y toca coger nuevo impulso… en esta carrera soy consciente que aún queda trecho cuesta arriba así que conservo la botella de agua. Pasamos por delante del Santiago Bernabéu, lo dejamos atrás y giramos a la derecha en la Avenida de Alberto de Alcocer, falso llano, pero lo peor ya ha pasado, benditos falsos llanos odiosamente engañosos, pero al menos, mejor de la continua subida del Paseo de la Castellana… bebo agua, respiro hondo, miro el reloj y veo que después de todo, no llevo mala media, 5:16 aproximadamente.

Alberto de Alcocer se lleva prácticamente la totalidad del séptimo kilómetro y volvemos a girar a la derecha en la Plaza de la República Dominicana para acometer la Calle Príncipe de Vergara, kilómetro 8, de nuevo falso llano para alcanzar otro de los puntos de Madrid a los que les tengo manía, la Plaza de la República del Ecuador, es como en Nuevos Ministerios, es llegar a ese punto y me pesan las piernas; dura poco, entramos en la Calle Serrano, la perspectiva del primer tramo de la calle es de nuevo ascendente y se alterna con pequeños falsos llanos hasta alcanzar la Plaza de la República del Salvador y sobre todo, el cruce con la Avenida de Concha Espina, desde ahí, por fin, todo para abajo, 200 mts más y alcanzamos el noveno kilómetro, mirada de reojo al reloj, 5:12 min/km ¡vaya!, no está mal, vamos a apretar este último kilómetro, incluso llego a plantearme no corre la segunda carrera, trato de alargar más la zancada, llegamos a la altura de la salida y todavía queda un pequeño esfuerzo, hay que volver a girar a la derecha para encarar meta, ya dentro de las instalaciones del CSIC.

Un nuevo arco de meta conquistado en 52:39… dos segundillos más que el año pasado, dos segundillos que estoy seguro me dejé en Serrano, pero muy satisfecho de sumar una nueva carrera y de encontrarme sorprendentemente bien a los pocos metros de cruzar meta, debía tener el subidón de “vamos a por la segunda” dentro y estaba un pelín acelerado, el reloj me indica que termino en 5:11 min/km.

Esquivo rápidamente corredores para volver a la zona de recogida de dorsales, recoger la bolsa del corredor y llevarme el chasco, un año más, de que en esta carrera la talla más grande de camiseta es L, y yo que uso XL grande o XXL… pues nada, otra camiseta que no me sirve para nada… una vez más, abogo por las medallas finisher y contra las camisetas, seguramente a los organizadores les cuesten lo mismo, la medalla me la cuelgo y la admiro en casa, las camisetas pequeñas las olvido.

He terminado y acelero el paso para volver al coche, que está a un par de manzanas, son las 10:00 y a las 10:30 se da la salida de la siguiente carrera en el Parque Juan Carlos I… me pongo una camiseta seca, hago unas fotos a un par de corredores que me lo piden, arranco, pongo el gps y son unos 20 minutos de trayecto… mi intención es, pensado que tardaré en aparcar y llegar hasta la línea de salida, hacerlo con calma y entrar en la carrera sobre las 11:00, cuando los que van a 5:30 / 6:00 estarán comenzando la segunda vuelta de los 10 kms, y completar los 5 kms a los que estoy inscrito.

Llego al aparcamiento del Juan Carlos I y está hasta los topes, una vuelta, dos… ni un solo hueco, coches aparcados en lugares imposibles, 10:20 y veo que me voy a tirar ahí media mañana buscando sitio, me llego a plantear cruzar al otro lado de la M-40 y aparcar en el Corte Inglés de Campo de las Naciones y la media hora de margen, emplearla para ir a la salida andando y estirando, pero de repente un coche que se mueve y sorprendentemente aparco, salgo del coche, cojo agua, los auriculares, pongo el dorsal en la camiseta y entro en el Parque cuando oigo el pistoletazo de salida, de esto que pienso “podría haber hecho los 10 kms” mientras veo pasar la marea multicolor de corredores hacia la derecha… yo me dirijo a la izquierda, aunque no haya cronometraje ni chip, quiero hacerlo bien, quiero arrancar desde el arco de salida, ante la sorpresa de un par de personas de la organización que me indican que voy en dirección contraria.

Pongo en marcha el gps y comienzo a correr, el primer kilómetro lo saco en 5:11 min/km, vaya… mismo ritmo con el que terminé media hora antes, pero la alegría dura poco, si hay puntos de Madrid o de determinadas carreras que lastran, lo del Juan Carlos I no se que será, pero es que no puedo con ese parque, me aplatana y es como si me colgase una mochila de piedras, aún así voy rodando entre 5:25 / 5:30 y me voy animado pues voy rebasando a la gente que estaba haciendo el recorrido de 5 kms pero en modalidad de marcha, también voy adelantando muchos corredores de 5 kms, así que pese a ir fastidiado, voy remontando, habiendo salido el último y con desfase de tiempo.

Poco más que decir de la carrera, recorrido del perímetro circular del Parque con algunas incursiones en el interior combinando zonas de asfalto, adoquín en buen estado y tierra mojada por la lluvia del día y noche anterior, aunque suficientemente compacta.

Meta en poco más de 28:50 segundos (5:46 min/km), llegando en mitad del pelotón de 5 kms y a tiempo para saludar a Mario que corría esta prueba, hacernos alguna fotografía y hablar de las próximas carreras en las que seguro nos veremos pues últimamente nos vemos en casi todas…

11:30 de la mañana, de nuevo en el coche, de camino a casa, con 15 kms en las piernas, dos dorsales, dos carreras, dos arcos de meta conquistados. Un domingo MAGNÍFICO y uno de esos días en los que uno se siente INVENCIBLE.

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