El domingo 28 de octubre tenía cita con Alcalá de Henares, ciudad a la que llevo vinculado de un modo u otro la mayor parte de mi vida adulta, crecí en una ciudad dormitorio (Leganés) y por trabajo conocí Alcalá de Henares y me enamoré de esta ciudad.
De aquellos que estén leyendo esta crónica… que levanten la mano los que no conozcan Alcalá de Henares, bien, todos vosotros tenéis una visita pendiente y, conste que no trabajo para turismo de Alcalá ni me llevo un solo euro de comisión.
Alcalá de Henares es una ciudad que se recorre perfectamente en una jornada y cuyo centro y casco histórico es una auténtica maravilla.
No es la primera vez que corro por Alcalá, ya sea entrenando o con un dorsal y ya había corrido las pruebas de 10 kms de las dos primeras ediciones del Maratón de Alcalá, cuyo recorrido la verdad, era un tanto insulso, buena parte del Ensanche y zona de polígono industrial, el centro y casco histórico se quedaba reservado para los corredores de maratón (dos vueltas a un circuito más que interesante y con mucho trazado común con la Media Maratón Cervantina que se celebra en marzo… de aquellos que estén leyendo esta crónica… que levanten la mano los que no hayan corrido la Media Maratón Cervantina, bien, todos vosotros tenéis una prueba pendiente para el próximo año).
En 2017 me juré no volver a correr la prueba de 10 kms precisamente por lo soso del recorrido y pasar a hacer uno de los relevos del maratón (en esta prueba existe una opción de hacer un maratón en dos relevos de medio maratón, muy interesante) pero desde hace meses se venía anunciando un nuevo recorrido de 10 kms por el centro de Alcalá, plano y homologado que, me hizo retrasar la inscripción hasta su publicación y, cuando lo vi, decidí que tenía que hacerlo.
Durante el pasado fin de semana, una borrasca y ola de frío nos ha barrido y nos sigue afectando… de aquellos que estén leyendo esta crónica… que levanten la mano los que no hayan pasado mucho frío este fin de semana, seguro que nadie levanta la mano, bueno, más allá de chorradas, el domingo por la mañana, además del cambio de hora a tener en cuenta para llegar a la hora correcta, 4ºC nos esperaban en la Avenida de Miguel de Unamuno, zona de salida situada entre el Pabellón Polideportivo de la Fundación Montemadrid y el Centro Comercial Alcalá Magna.
Salida a las 8:30, desde la 8:00 ya estaba rondando la avenida, calentando ligeramente, aprovechando para saludar y poner cara más allá de redes sociales a José Rodriguez y para encontrarme con isamel79, corredor al que conocí por error, al confundir a un compañero suyo con otra persona de Instagram en la Carrera Popular de La Elipa y, al que he visto en un par de ocasiones más… charlamos un buen rato, calentamos avenida arriba y abajo y, casi sin darnos cuenta, se estaba dando la salida.
Este año las salidas no estaban espaciadas, no salían primero maratón y después 10 kms como los dos primeros años, en que se compartía buena parte del recorrido inicial y era una forma de desahogar viales, este año la salida era conjunta bajo dos arcos perfectamente diferenciados de manera que los que corríamos 10 kms salíamos orientados a la izquierda pues a los pocos metros de recorrido por la Avenida Miguel de Unamuno, debíamos girar a la izquierda para bajar la Avenida de La Alcarria.
En coche, la Avenida de la Alcarria parece una bajada impresionante y la realidad es que a pie tiene poco menos de 8 mts de desnivel en menos de un kilómetro, es prácticamente plana a todos los efectos. El primer kilómetro y medio discurre por las ya mencionadas Avenidas de Miguel de Unamuno, de La Alcarria y un par de desvíos a las Calles Perales de Tajuña y Belvis del Jarama, la conocida como zona de El Ensanche de Alcalá de Henares, zona que conocí hacia 1996 cuando no había más que campo, las instalaciones de las antiguas forjas y poco más, se estaba comenzando a urbanizar la zona cuando empecé a trabajar como jefe de obra en una parcela situada en la parte inferior de la Avenida de La Alcarria, ni siquiera existía el paso subterráneo para salvar la vía férrea por el que corrimos el domingo en dirección a las Calles Isabel de Guzmán y Marcos Martínez, sendos giros a izquierda y derecha para encarar el Paseo de la Estación, seguramente una de las calles más concurridas por peatones en horas punta a diario convergiendo hacia la estación de cercanías; pasamos a escasos metros de la Plaza 11 de marzo y del monumento en memoria de las víctimas.
Hacia la mitad del Paseo de la Estación llegamos al segundo kilómetro, llevo una media de 5:02 min/km y me veo con fuerzas para intentar acercarme a los 5:00 min/km, aunque sin demasiadas alegrías… a esas alturas de carrera, tras 10 minutos a todo lo que da mi “cuerpecito”, el frío ya no hace mella y para nada me arrepiento de correr en manga y pantalón corto, pese a que de momento prácticamente no hemos salido de zonas de sombra.
El Paseo de la Estación llega al cruce con la Vía Complutense, una de las vías principales de Alcalá que atraviesan la ciudad longitudinalmente y este cruce se hace en otro punto emblemático, en la Rotonda de San Isidro con su gasolinera Cepsa del mismo nombre y su característica cubierta con forma de bacinilla, muy similar a la usada por Don Quijote.
Cruzamos la Vía Complutense y por la Calle Azucena, dejamos los Cuatro Caños a la izquierda, la Calle Libreros a la derecha y se atisba también a la derecha en las siguientes calles, la Plaza de la Universidad… llegaremos ahí, pero todavía no toca, acercándonos al tercer kilómetro, entramos en la recién reformada Plaza Puerta de Aguadores… casi, casi, la inauguramos y, por la calle Fernán Falcó, a la espalda del archiconocido Mercado Boisan, giramos a la derecha para enfilar la Ronda del Henares, volviendo a girar a la derecha en el Paseo de Aguadores para casi alcanzar de nuevo la Plaza Puerta de Aguadores que acabábamos de inaugurar con nuestras zancadas, cerrando un triángulo isósceles de algo más de kilómetro y medio que es la explanada en la que habitualmente se instala el mercadillo conocido como Los Lunes… explanada actualmente también en proceso de remodelación.
Llegando a la Plaza de Puerta de Aguadores marca el punto o repecho más alto, la verdad es que pasa bastante desapercibido, efectivamente el recorrido es bastante plano y “pican más” los dos pasos bajo las vías del tren, dos uves perfectas al final de la Avenida de La Alcarria y en la Calle Ávila que, el pequeño repecho al paso por la puerta del Archivo General de La Administración.
Giro a la izquierda, Calle Basilios, calle de adoquines rojos más o menos en buen estado, giro a la derecha, Calle Santo Tomás de Aquino, pasamos por delante de la Plaza de La Paloma, los Juzgados… ligero giro a la derecha para recorrer unos pocos metros de la Calle Colegios, dejamos a la derecha la entrada al Parador de Alcalá de Henares y a la izquierda la Hostería del Estudiante… zigzag a derecha e izquierda en la Calle San Pedro y San Pablo, calle que ha salido en multitud de ocasiones en la serie Cuéntame y que conserva cierto sabor añejo, para salir a la Plaza de San Diego, dónde observamos a nuestra izquierda la majestuosa fachada de la Universidad, hemos rodeado la mitad del Paraninfo y salimos a La Plaza de Cervantes para acabar de cerrarlo. Kilómetro 5 y ya hemos pasado nuestro primer tramo de adoquines y superficies irregulares.
Los primeros cuatro kilómetros han salido a una media de 5:00 min/km, casi no me lo creo, pero el quinto kilómetro me he ido a 5:25… precisamente por la inseguridad en la pisada por la superficie irregular, más adelante, en la Calle Mayor escuchaba a otros corredores estar encantados con el recorrido, pero tomar precauciones en zonas de adoquines pues las rodillas sufren… es más, el domingo por la tarde y el lunes tuve molestias en la rodilla izquierda. En la mitad del recorrido, casi saliendo de La Plaza de Cervantes bajo la Torre de Santa María y la Capilla del Oidor, soy consciente que no voy a poder mantener el ritmo de 5:00 min/km ni recuperar el medio minuto que ha caído en el quinto kilómetro, así que me olvido del sub 50 y simplemente pienso en hacer la mejor marca posible y seguir haciendo turismo por Alcalá a golpe de zapatilla.
Recorremos las Calles Santa Úrsula y Escritorios para entrar en la Calle Mayor con un giro de casi 180º dejando a la izquierda la Plaza de Plaza y Catedral de Los Santos Niños, de nuevo, adoquines en toda la Calle Mayor, trato de buscar los laterales cerca de los soportales e incluso el bordillo para pisar lo más plano y nivelado posible… la de veces que he recorrido la Calle Mayor, comercios, Museo Casa Natal de Cervantes, las estatuas de Don Quijote y Sancho sentadas en un banco justo delante, seguramente otro de los puntos más fotografiados de la ciudad, una zona de paseo, tapeo y encuentro habitual de la ciudad que desemboca de nuevo en La Plaza de Cervantes (ya peatonalizada); kilómetro 6 en la Calle Libreros (en obras para dotarla de un único sentido de circulación), giro de 180º en la Calle Nebrija, a la derecha la fábrica de hielo Gallo, otro de los lugares que llevan ahí desde que conozco esta ciudad.
Medio kilómetro de la Calle Santiago para girar a la derecha en la Plaza de las Bernardas, a la izquierda, el Palacio Arzobispal, a la derecha El Museo Arqueológico Regional, de frente el Arco de San Bernardo que da salida a la Vía Complutense y cruzando ésta, el Parque O´Donnell… pero no llegamos al arco, giramos a la derecha y por las calles Madre de Dios y Diego de Torres salimos de nuevo a la Vía Complutense (kilómetro 7) y no dejamos dicha vía hasta llegar a la rotonda de la Calle Ávila (kilómetro 9) volviendo a pasar por la Rotonda de San Isidro.
En la Rotonda de la Calle Ávila, giro a la izquierda y de nuevo paso bajo las vías del tren, bajada fuerte en la que contener las ganas para no cascar las rodillas, subida fuerte en la que apretar los dientes para no perder mucho tiempo.
Kilómetro 9,5 y giro a la izquierda en la Avenida de Meco, se ve perfectamente la silueta del Pabellón Polideportivo de la Fundación Montemadrid dónde está situada la meta, miro el reloj y voy en 5:10 min/km, saco fuerzas de dónde puedo y aprieto para bajar un segundillo… que 5:10 ya lo tenía la semana pasada en la Carrera de la Ciencia, así que entro en meta con 5:09 min/km, con una medición de distancia de 9,97 kms (de las carreras homologadas que más se han ajustado, a sabiendas de que las carreras homologadas suelen tener unos 200 mts más por cada 10 kms).
La verdad es que la zona de avituallamiento está muy próxima al arco de meta, hay algo de caos y se está empezando a formar tapón, llego en 51:24 y todos los que estamos llegando en esa tanda casi no tenemos espacio nada más sobrepasar meta, miro de reojo al cámara de corriendo voy que creo estaba pensando “la que se va a liar aquí a mis pies en unos minutos”.
Al final, un fin de semana más un nuevo arco de meta ganado, muy satisfecho por seguir sumando carreras y kilómetros y, mientras me dirijo de vuelta al coche en el aparcamiento del Alcalá Magna para cambiarme, toca animar a los valientes que corren maratón (completo o por relevos) que están pasando en ese momento por la Avenida Miguel de Unamuno… espero estar en uno de esos relevos el próximo año, pero lo que es en 2018, ya había cumplido y era el momento de un merecido homenaje, desayuno a base de chocolate y porras… de aquellos que estén leyendo esta crónica… que levanten la mano los que no se apretarían un desayuno igual con poco más de 6ºC.