2*1 – VII Cross de Hortaleza + II Carrera de la Fibrosis Quística por José Luis Búrdalo

Con la carrera del domingo fijada hace semanas (15 kilómetros de la TRACTORISMO RACE) durante días dudé si hacer o no el CROSS DE HORTALEZA justo el día anterior a esos 15 kilómetros, sabiendo que iban a ser duros, en principio correr el sábado no entraba en mis planes, el año pasado me quedé con las ganas, pero habiendo corrido un par de pruebas organizadas por Eventsthinker, las cuestas están aseguradas y me apetecía mucho forzar un poco la máquina, se aproximan carreras intensas, varios medios maratones, así que no me lo pensé mucho más y me inscribí al VII CROSS DE HORTALEZA.

Dos vueltas a un recorrido muy chulo, muy cerca del Parque de Juan Pablo II, en la zona de La Piovera, junto a la A2, un pinar espectacular por delante del cual estoy harto de pasar cada vez que entro a Madrid por la A2 y que siempre he mirado de reojo con ganas de “meterle mano”.

Mi sorpresa llega cuando el domingo anterior, al terminar la carrera de Torrejón, hablando con Ismael y Pepe de las próximas carreras, a sabiendas de que iba a coincidir con Ismael en Villamanta, a ritmo de tractor, me dice que el sábado también corre en el mismo sitio, a media mañana y sin embargo yo tenía metido en la cabeza salida a las 10:00.

El lunes consulto con Eventsthinker, pues efectivamente, a las 11:15 aparecía la II CARRERA DE LA FIBROSIS QUÍSTICA en el mismo sitio, mismo recorrido, dos vueltas, solo que con opciones de 4 u 8 kilómetros y pensaba que era un error, que el Cross y ésta otra carrera se unificaban como por ejemplo pasa desde el año pasado con la Carrera ProFuturo, que pasa a estar integrada en el evento del Movistar Medio Maratón de Madrid… pero resulta que no, que eran dos carreras completamente diferentes, ambas organizadas por Eventsthinker en el mismo circuito… ¡tremenda tentación!, hacía meses que no me planteaba dos dorsales en el mismo día y sucumbí, que le voy a hacer… soy débil.

Así pues, el fin de semana pasó de tener 15 km duros en Villamanta el domingo, a sumarle 12 km también con mala leche, el sábado.

Dudé si hacer las dos carreras a 8 km, cuatro vueltas al circuito, pero ante la tentación, el poco de cordura que me quedaba tiró de las riendas para hacer solo 4 km en la segunda prueba y “reservar” algo de fuerzas para el domingo.

El sábado me planté con tiempo suficiente para aparcar sin problemas muy cerca de la zona de salida, recoger dorsal, bolsas y caldo habituales (¿a que no hace falta que diga la marca?) y empezar a ver caras conocidas, José Luis Priego (éste es un extraterrestre, iba a hacer las dos carreras, las cuatro vueltas) y José Antonio Aparicio (al que tengo fichado desde el Cross de la Universidad de Alcalá)… para la segunda carrera se incorporarían más sospechosos habituales.

A las 10:00, con una temperatura ideal, sol y ni una sola nube, se da la salida al VII CROSS DE HORTALEZA, José Luis ya lo ha corrido en más ocasiones y me avisa que tiene miga y, me lo suaviza con “pero el sitio es espectacular”.

La verdad que, a nivel crónica, poco puedo contar, no hay calles por las que correr, no puedo describir más allá de pedir a aquel que lea esto que eche un vistazo al plano del recorrido y verá que discurre por el mencionado pinar del que también hay algunas imágenes.

Efectivamente, el recorrido es una maravilla, pocas zonas de tener sol cascando sin clemencia, solo en la salida y llegada, el resto del recorrido entre sombras bajo pinos y ligeras zonas expuestas, muy cómodo por no tener una sensación de calor agobiante.

La salida arranca con una pendiente que, de salida y sin cansancio se solventa bien y en seguida se alcanzaba el punto por el que se giraría en segunda vuelta para completar el recorrido y no volver a tocar esa rampa hasta la llegada.

El recorrido es una sucesión de toboganes y falsos llanos, tierra y gravilla bien compactada, caminos que se notan de paseo habitual de gente y seguro zona de entrenamiento de corredores, pocas escorrentías y poco terreno roto, salvo un par de puntos muy concretos, con un par de subidas y bajadas muy pronunciadas, cortas y empinadas que obligaban a apretar (para subir) y a tomar precauciones (para bajar)… pese a que ya llevo 100 km hechos con las plantillas (algo de lo que estoy tremendamente satisfecho, jamás pensaba que me iba a adaptar tan rápido a ellas y, un fin de semana con 27 km fuera del asfalto iba a ser un buen test) soy consciente que nunca seré lo suficientemente osado como para lanzarme por rampas de tierra o grava como se lanzan muchos, es algo que me da muchísimo respeto y me puede una prudencia tal vez excesiva para no hacerme polvo los tobillos.

Si los kilómetros son implacables y “nos ponen a cada uno en nuestro sitio”, mientras en asfalto me defiendo en mitad de la tabla, fuera de la superficie negra me descuelgo hacia el fondo del pelotón pero… es algo que no me importa, el cross, el trail, tienen algo que me engancha, que me gusta mucho, será que el ritmo no es tan forzado, será que la irregularidad del terreno obliga a estar pendiente de dónde pisas y no tan pendiente del reloj, serán los entornos naturales, no sé que será, pero sea lo que sea, me gusta mucho, aunque llegue el último como sucedió en noviembre en el TRAIL C4.

Esta vez no fui el último, pero creo que por detrás solo llegaron cuatro o cinco más, de unos 110 corredores, insisto, no me preocupa.

En la primera vuelta, una vez José Luis se distanció y cogió metros, una vez me situé en tierra de nadie, solo quedaba disfrutar del paisaje y sumar kilómetros y, sobre todo, correr y/o trotar, pero tratar de no parar, eso ya llegaría al día siguiente.

En la segunda mitad de la primera vuelta empecé a remontar a una corredora de un grupo que tenía varios corredores en la prueba, EZZ BAILY, y la di caza al comienzo de la segunda vuelta, cogí unos poquitos metros y enseguida, nos emparejamos y nos medio presentamos… ¿Qué se dice uno en una situación así?… joder que rampas, no pensé que fuese a ser tan durillo, el caso es que aquellos que no nos jugamos trofeos ni gloria, aquellos que simplemente es deporte popular, pues toca disfrutar del momento y en más de una ocasión he dicho y repetiré que si algo tiene este deporte es que no hay rivales, hay gente que corre, lo mismo que tú, unos más, otros menos, respeto máximo al compañero que se está dejando la piel igual que tú.

Así que preferí acabar la carrera acompañado y pensando en que terminaría y tendría que volver a dar otra vuelta para los 4 km de la segunda.

Y la verdad, es que charlando y con alguien corriendo a tú lado, los kilómetros parecen un poco más cortos… así nos plantamos en el último tercio de la segunda vuelta, un compañero de Raquel que ya había terminado se vino a acompañarla para darle un último empujón anímico y ambos nos plantamos en meta.

Contentos y satisfechos, nos felicitamos y Raquel me presentó a su gente, su equipo, con los que estuve charlando un rato, me contaron sus lugares habituales de entrenamiento, me facilitaron contacto y me invitaron a unirme cuando quisiera… en el Juan Carlos I (que manía le tengo a ese parque).

A lo tonto y con llegar tan atrás, apenas tenía 15 minutos de “descanso” antes de empezar la segunda carrera, fui al coche a cambiar el dorsal y de vuelta a la zona de salida, de nuevo José Luis Priego y las incorporaciones de Jorge Ramos (tocado de rodilla, al que conocí en la CARRERA CORRE POR EL NIÑO de Mapoma el pasado noviembre), César Sánchez (que acabó pisando pódium (¡Enhorabuena!) e Ismael Bueno, con el que contaba desde el domingo anterior en Torrejón.

Todos ellos iban a 8 km, dos vueltas al mismo recorrido anterior del Cross, esta vez, bajo el nombre de la segunda prueba, II CARRERA DE LA FIBROSIS QUÍSTICA, correr por una buena causa y una prueba que, al contar con la opción de una vuelta, congregó participantes que harían el recorrido andando y un buen número de niños… hay que moverse, hay que mover las piernas y sumar kilómetros.

Como indiqué al principio, por prudencia dentro de la locura de correr dos carreras antes de la dura prueba del domingo, me inscribí solo a una vuelta, 4 kilómetros… y menos mal, el ritmo en esta segunda carrera cayó estrepitosamente, aunque traté de aguantar a todos los colegas, se fueron distanciando irremediablemente… apreté un poco hacia el segundo kilómetro, me acerqué bastante, hasta que en la primera de las bajadas pronunciadas, en la zona más trialera, casi llego a tocar a José Luis Priego pero se volvió a escapar.

Lo curioso es que al consultar la clasificación resulta que, mientras en la primera carrera acabé al final del grupo, en 4 km mi clasificación es el 22 de 71 corredores… 4º en mi categoría, pero antes de que nadie me felicite, es un espejismo… ya no por estar en el 30% en meta, más bien por lo del 4º puesto, el tercero entró casi diez minutos antes que yo, es decir, a un ritmo brutal que nunca tendré, sencillamente era una prueba en que digamos… fui el último o de los últimos de los que corrían y por detrás llegarían los que hicieron los 4 kilómetros andando.

Con todo, satisfecho por los 12 kilómetros acumulados en la mañana, máxima distancia acumulada en un día desde que “he vuelto” desde finales de enero y lo he hecho con las plantillas y, aproveché el margen para poder animar y sacar algunas fotos a los compañeros que aún estaban corriendo en la segunda vuelta al circuito.

Eso sí, al terminar, ya en el coche, charlando con Ismael, preparando y temiendo lo que se nos venía encima al día siguiente, la Tractorismo Race 2019, la verdad… empezaba a pensar en agujetas atroces, en que correr el sábado y correr fuera del asfalto había sido un error y que si no conseguía levantarme el domingo o no conseguía terminar y colgarme la medalla finisher en Villamanta, me iba a mosquear bastante, pero eso, es otra historia, la siguiente que escribiré.

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