Carrera en Alcalá de Henares, cerca de casa, estaba apuntado desde el mismo momento que conocí de ella a través de redes sociales, además, tenía un precio muy atractivo y me permitía hacer doblete la mañana del 2 de diciembre, correr primero esta prueba y después correr el XVII CROSS POPULAR SALVAR EL PINAR DE LA ELIPA.
La verdad es que la primera semana de diciembre me la planteaba con dos días intensos a razón de sendos dobletes y a precios reducidos, como decía, la prueba de Alcalá de Henares, tenía un coste muy interesante, el cross de La Elipa es gratuito y el Día de La Constitución con otras dos carreras, la primera en Torrejón de Ardoz por 4 € y la de Barajas también gratuita.
La realidad es bien distinta y por lo general tozuda y le gusta tener razón y, si acabé cascado el III EcoTrail Madrid que me hizo dejar de lado El Derbi de las Aficiones, el III Trail C4 del Club de Campo Villa de Madrid de la semana pasada me acabó de reventar el tobillo izquierdo; si por el camino sumamos que para colmo me pegué una buena leche antes de la salida del Trofeo José Cano, esa tozuda realidad me está dando bofetadas en la cara y no he querido prestarle atención… toca descansar un poco, recuperar el tobillo y tratar de acometer los retos y carreras que tengo en mente en la segunda quincena de diciembre, que son unos cuantos, para alcanzar los 50 dorsales.
Dicen los que entienden de esto de correr y que tienen más solera, capacidad y condiciones que yo, que el descanso forma parte del entrenamiento, así que el pasado domingo, tras terminar el cross en Alcalá pese a que sabía que no podría correr en La Elipa, pensando en intentar al menos salir en Torrejón mañana jueves… en el fondo el domingo sabía que había llegado el momento de parar quince días, propiciados además por la vergonzosa y penosa suspensión del Medio Maratón de Villaverde, dos años seguidos, no me extraña que la Asociación Deportiva Maratón desista de volver a organizarlo, siendo una prueba con una trayectoria y una solera alucinante.
En fin, vamos a lo que vamos… el I CROSS POPULAR ALCALÁ PATRIMONIO MUNDIAL; Alcalá de Henares celebra este años 2018 el vigésimo aniversario como Patrimonio de la Humanidad, algo desde luego muy merecido para una ciudad a la que le tengo especial cariño, por cercanía y en la que he vivido muchos años, de hecho, pese a haber vivido mi infancia y juventud en Leganés, se dice que uno es de donde pace, me considero más alcalaíno que pepinero.
La prueba estaba organizada por Club Atletismo Cervantes y discurría íntegramente en el interior de La Huerta del Obispo, un entorno en el que correr es complicado salvo en algún que otro concierto durante fiestas, pero la verdad es que se lo montaron muy bien.
Aparqué muy cerquita, me protegí el tobillo con varias capas de tobilleras y de refuerzos, casi parecía la pezuña de un elefante y cerca del coche troté un poco a ver como reaccionaba, molestaba, pero parecía que al menos los 4 kilómetros de carrera los aguantaría bien. Hacía muchísimo frío la verdad y como he tenido que volver a jurarme correr siempre de corto y lo más ligero posible de ropa, tras la cagada del Trail C4 y las capas de ropa que me sobraron, me dirigí hacia el interior de la huerta completamente congelado.
Ya en el interior del recinto, coincidí con el momento de la salida de las pruebas femeninas y pude ver cómo se las habían apañado para sacar dos vueltas de algo más de 2 kilómetros en el interior del recinto, varias idas y venidas con giros casi de 180º para aprovechar el espacio, me recordó muchísimo a montar un circuito de scalextric, teniendo que tirar de curvas interiores y cerradas para meter más metros en poco espacio.
Comienzo a calentar un poco cerca de la zona de salida y empiezan a aparecer caras conocidas, Vicente Herranz, José Luis Rodríguez, Jose Antonio, charlando con unos y con otros, con ellos y con gente que iba con ellos, se nos hizo la hora de la salida.
Tenía muy claro que debía conservar, ir muy tranquilo y no arriesgar nada de nada, en mi cabeza estaba acabar lo mejor posible y si tenía que pasarlas canutas con el tobillo, que fuese en La Elipa, que tiene un recorrido muy exigente, pero en seguida, nada más salir, me di cuenta que no iba a ser fácil, pisaba mal, medio cojeaba al correr y los kilómetros, que son igual de tozudos que la realidad, me pusieron en mi sitio, zona final de la carrera, aunque a lo largo de la misma pude superar a algunos corredores y pese a pensar que iría a ritmo de 6:00 min/km, termine a 5:38 min/km pero muy dolorido.
El recorrido prácticamente plano, muy ratonero, bien señalizado y con todas las superficies posibles para correr, tierra compactada, tierra más suelta, algo de barro, hierba y broza, pese al frío, niebla y humedad ambiente, en cuanto entré en calor no lo acusé y si bien el primer kilómetro o kilómetro y medio no me encontraba bien, fue el que más rápido hice, a 5:20, seguramente pensando en acabar pronto y salir zumbando a La Elipa, tras el tirón inicial y las molestias en el tobillo, tuve que bajar ritmo e ir controlando a los poquitos que tenía por detrás para tratar de no ser el último otra vez.
Pese a ser dos vueltas al recorrido, algo que por lo general los que corremos odiamos, al ser un recorrido corto y llano, dan ganas de que sean más vueltas y si a lo mejor a nivel de organización si que sería complicado por doblajes y demás, salía una prueba de 10 kms muy cómoda y seguramente muy rápida.
Mientras corría y para tratar de olvidarme del dolor, miraba a los corredores de delante, pero no a lo que llevaba inmediatamente delante, miraba a los que iban mucho más adelantados, lo bueno y que favorecía el circuito es que al estar tan concentrado, prácticamente desde cualquier punto se podía ver todo el recinto interior de La Huerta del Obispo y ver a los participantes en diferentes puntos del trazado. Todo un lujo poder correr en un lugar así la verdad, así que mi más sincera enhorabuena a la organización.
En esta carrera, no hay calles por las que pasar, ni mucho más que describir… al llegar a meta tocaba soltar el chip de los cordones de la zapatilla y pasar por la zona de avituallamiento a reponer algo de líquidos, volver a hablar con conocidos, mientras evaluaba que hacer con La Elipa, ir o no ir, bueno, pero mientras me lo pensaba, no pasaba nada por perder 10 minutitos y tomar un caldo calentito que también dispensaba la organización y voluntarios.
Por cierto, aprovechando que hoy, 5 de diciembre, es el Dia del Voluntario, GRACIAS A TODOS LOS VOLUNTARIOS EN GENERAL y a los que están al pie de carreras en particular, sin ellos, estos eventos no serían posibles y siempre hay que tratarlos como mínimo, con respeto y educación, por mucho que uno llegue reventado, no cuesta nada saludar y dar las gracias… que algunos corredores, los menos, es para verlos, les protestan, les ponen malas caras… esa gente está ahí dándote un plátano o una bebida por puro amor al arte, pasando más frío que tú que acabas de correr y tienes una temperatura más elevada.
Me sorprendió gratamente que cuando estaba a punto de irme, se me acerca una persona de la organización, del Club Atletismo Cervantes y se me presenta como dirección de carrera, me reconoce por redes sociales y charlamos un rato, hablamos sobre la carrea, le doy la enhorabuena, me gustó, la disfruté aunque hubiera querido disfrutarla sin dolor y más rápido, pero eso no depende más que de mí mismo y le digo que ojalá no será como tantas primeras ediciones de carreras que se quedan en eso, en primeras ediciones y me informa que hay acuerdo para cuatro años mínimo y con mayor ambición de cara a hacer una prueba puntuable, así que me alegro muchísimo y en mi cabeza ya fijo el primer fin de semana de diciembre de 2019 para disfrutar de la carrera en mejor forma, sin molestias ni dolor y volver a tratar de atacar un doblete que sea esta prueba y el cross del Pinar de La Elipa.
Salí del recinto cojeando, cogí el coche y ni me cambié de camiseta, con el frío que hacía casi ni había sudado y decidí que si corría en La Elipa, luciría la camiseta del I CROSS POPULAR ALCALÁ PATRIMONIO MUNDIAL, el caso es que llegue bien de tiempo a La Elipa, aparqué sorprendentemente cerca de la zona de salida para llegar con escaso margen de 15 minutos pero al bajar del coche, con el pie ya algo más frío, el dolor al apoyar era insoportable, ni siquiera me colgué el dorsal, me abrigué un poco con un cortavientos y ya que estaba ahí, me pasaría a saludar a más sospechosos habituales, Mario Mena, una nutrida representación del Club Atletismo San Fernando, etc. y me quedé para animar y sacar una gran cantidad de fotografías de la gente que si pudo correr.
Ahora, toca descansar unos días, recuperar el tobillo y pensar en el 15 o 16 de diciembre como próximas fechas para volver a calzarme las zapatillas.