Triplete de Carreras por José Luis Búrdalo

Para recuperar tiempo y retraso, como el fin de semana del 18 y 19 de mayo, iba a participar como mínimo en dos carreras, una de ellas muy corta, condensaré el fin de semana en una sola crónica.

La verdad es que sería un fin de semana raro, en el que no coincidía con amigos y conocidos habituales de los últimos meses, no sé, una alineación cósmica un tanto rara que hizo que estuviéramos todos desperdigados en diferentes sitios.

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Mientras gran parte de amiguetes y conocidos el sábado corrían en la Carrera Colegio Estudiantes, en Las Tablas, yo encontré esta carrerita de 3 kilómetros en Camarma de Esteruelas, muy cerca de casa, a poco más de 20 minutos… la verdad, entre ir a Madrid a sufrir a Las Tablas o correr cerca de casa, elección tomada.

También me apetecía probar una carrera corta, hasta ahora, lo más corto que he hecho han sido algunas pocas carreas de 5 kilómetros o legua… 3 kilómetros, suponía mi nuevo récord mínimo.

La carrera se desarrollaba en las inmediaciones e instalaciones del Colegio Santo Tomás de Aquino, en Camarma, como decía antes. Llegué con tiempo suficiente para adquirir mi dorsal y cambiarme sin prisas.

La meta estaba situada en el patio central de las instalaciones y la salida en una zona lateral posterior… el Colegio está situado un poco alejado del núcleo urbano y al aparcar me cercioré de que había un camino señalizado con unos cuantos conos y línea de yeso… pintaba que tocaría ida y vuelta por dicho camino y no me equivoqué en absoluto, evidentemente, 3 kilómetros no dan para mucho más…

Situados bajo el arco de salida, como decía, en una zona distinta a la zona de meta, no demasiados corredores, por lo que quisiera o no, tocaba salir adelantado, algo que sinceramente no me gusta.

Bocinazo de salida y poco más de cien metros para rodear las instalaciones y situarnos en el camino antes mencionado, una larga recta de ida y vuelta, no hay más… primer kilómetro a 5:08 min/km, la adrenalina de salir con poca gente y la verdad me parecía que iba mucho más despacio.

Estaba claro que poco más adelante estaría el giro de vuelta, es lo que tienen las matemáticas básicas, 1,50 + 1,50 = 3 kilómetros… y nada más dar la vuelta y orientarnos en dirección a las instalaciones me llegó la motivación, si bien el camino picaba hacia arriba muy ligeramente, poco más de 10 metros según lo visto en la aplicación de GARMIN, el kilómetro y medio de bajada lo hice como digo con motivación extra… el segundo kilómetro salió en 5:26 min/km (medio de subida y medio de bajada) pero es que al poco de girar y empezar la bajada, veo como un corredor a mitad de subida se gira y se pone en sentido bajada, se come un kilómetro… y aunque uno no se juega nada, de esto que dices “¡¡¡perdona!!!, pues tú no vas a quedar por delante”, así que encontré mi puntito de motivación en una carrera tan corta en dar caza al tramposo.

Llegando a las instalaciones del colegio ya le tenía a tiro y los últimos metros, un zigzag para acceder al patio y al arco de meta me sirvieron para superarle, tercer kilómetro en 4:47 min/km. Ritmo medio de 5:04 min/km. Ay… no ganamos nada con forzar tanto la maquinaria máxime cuando no nos jugamos nada ni vivimos de ello, pero esa puntita de rabia me sacó un buen ritmo.

Conclusión de la primera carrera del fin de semana, corta, muy corta… al poco de terminar me doy cuenta que casi no he sudado y que la sensación es un “no me gusta”, me sigo quedando con distancias mayores, no estoy hecho para correr tan poco (tampoco tengo arquitectura para correr más distancia, pero ahí estoy y prefiero una de 10 kilómetros).

III MEDIO MARATÓN DE LAS ROZAS

Domingo, ganas de hacer el medio maratón completo y marcar el sexto del año, pero debido a que la compañera-amiga Virginia no podía ir finalmente a esta prueba, prácticamente sobre la marcha me hace replantearme opciones y pensar en hacer una segunda carrera el domingo, una legua en Coslada… fin de semana de probar distancias cortas… ya puestos.

Para poder llegar a Coslada a tiempo desde Las Rozas, debía sacrificar el medio maratón y optar por 7 o 14 kilómetros (una o dos vueltas al circuito previsto en la Dehesa de Navalcarbón), prácticamente sobre la marcha decidiría en función de como fuese la carrera y viendo el tiempo que me quedase para desplazarme.

Carrera organizada por el Club Corredores y en zona de salida y meta, entregando dorsales y camisetas estaba Carolina, una de esas personas que siempre veo sonriendo y es toda una inyección de energía, nos saludamos y charlamos un poco, no puede correr, le toca organización y atención al evento.

Parecía que sería una carrera en solitario, algo raro últimamente en que no hago más que correr con gente, cada vez corro menos con música y más charlando con amigos, conocidos o incluso gente que conoces ese mismo día y de repente oigo que me llaman por mi nombre y resulta ser Guillermo, un compañero-colaborador-contacto laboral desde años que vive en Las Rozas, que alguna vez hemos hablado de que ambos corríamos y que precisamente era el día en que iba a afrontar su primer medio maratón que por cierto, completó.

Guillermo estaba con amigos, con los que al final, acabé tomando la salida y con los que estuve durante los primeros metros, aunque salimos muy atrás y entre tanta gente y estrechez de caminos en algunos puntos, nos acabamos disgregando.

El recorrido tiene poco que describir, no hay calles, no hay puntos conocidos o identificables, es un recorrido precioso por la Dehesa de Navalcarbón, entorno y hábitat natural de un corredor único como es Chema Martínez, de hecho, la Dehesa está marcada con varios recorridos bautizados con su nombre.

A los pocos metros empieza la subida del Leroy Merlín que le dicen por allí… es una subida con cierta dureza que, el año pasado, cuando hice esta carrera, al pasar por ahí por segunda vez, con el calor que hacía y tras el final de la primera vuelta, tuve claro que no daría una tercera.

El primer kilómetro sale a 6:11 min/km, pero no por cansancio o ritmo real, sencillamente por la cantidad de corredores por delante y poco espacio para progresar, siendo además un terreno sinuoso, había que tener cuidado para no tropezar con alguna raíz o alguna piedra.

En el segundo y tercer kilómetro, acercándonos al lateral de la vía de servicio de la A-6 ya estoy en 5:33 y 5:22 min/km, me noto que estoy en ritmo, los caminos son algo más anchos y poco a poco doy caza al grupo dónde está Guillermo que mantienen un ritmo de 6:00 min/km, algo lógico pensando en medio maratón y en su primer medio maratón.

Cuarto y quinto kilómetro en 5:30 y 5:33 min/km, todavía dentro de la Dehesa y el sexto kilómetro me voy a 5:51 min/km, simple y llanamente, es el punto más “asqueroso” del recorrido, la Calle Samuel Bronston, un kilómetro de asfalto, de calle insípida, ida y vuelta al sol, subida y bajada que la verdad, es lo más soso del recorrido, en ese tramo iba haciendo cuentas de cabeza sobre el tiempo para llegar a Coslada, teóricamente me daba tiempo dar una segunda vuelta y llegar justo a tiempo a Coslada pero pensé que además, de llegar, debía aparcar, recoger el dorsal y contar con que en los siguientes 40 minutos de carrera, en esa segunda vuelta, ninguna incidencia de tráfico me complicase el trayecto… así que nada más salir del asfalto enfilé la salida de la primera vuelta y me quedé con 7 kilómetros, pero muy contento por el ritmo medio (5:37 min/km) y por la medalla finisher que se conseguía en cualquiera de las tres distancias.

Anotación metal para 2020… IV MEDIO MARATÓN DE LAS ROZAS, será de verdad medio maratón, haga calor, frío, nieve o truene… he hecho 7 y 14 kilómetros, me debo esa media maratón si o si.

Otra anotación, carrera alucinantemente bien medida y eso que el recorrido tiene posibles variables en determinados puntos, el caso es que a mí me salieron 7 kilómetros exactos.

17ª MILLA POPULAR CASA REGIONAL CASTILLA LA MANCHA DE COSLADA

Ya en el coche, gps en marcha y a ver la distancia y tiempo para llegar a Coslada, veo que voy bien, con margen suficiente y mientras estoy de camino soy consciente de que no me hubiese dado tiempo a dar la segunda vuelta en Las Rozas… pero es que al llegar a Coslada, no conseguía ubicar correctamente la zona de la carrera, en las escuetas instrucciones la dirección era un tanto genérico y confusa y, al llegar a Coslada el gps me condujo hasta la zona que se corresponde con los últimos kilómetros del medio maratón de Coslada, una zona industrial y desangelada al otro lado de la vía… estaba claro que ahí no había carrera alguna.

El caso es que el gps no andaba mal encaminado, solo que se trataba al otro lado de la vía del tren, a un lado un parque (dónde se corría) a otro lado un polígono.

Rodear la vía y pasar al otro lado implicaba una serie de minutos que ya empezaban a caer como losas, por suerte, en esa carrera iba a coincidir con Virginia y ella llegó antes y recogió ambos dorsales, gracias a su ubicación pude localizarla y nos pusimos a dar vueltas para encontrar sitio para aparcar.

Llegamos a la línea de salida con poco más de diez minutos de margen, así que me alegré de no haber dado la segunda vuelta en Las Rozas, lo que en principio parecía llegar, pim, pam, pum… caramba, casi no llego.

De nuevo poco que contar, una milla… si el sábado hacía mi distancia más corta, el domingo rebajaba esa cantidad y hacía una más corta aún, una milla, poco más de 1.600 metros, dos vueltas, dos rectángulos de 800 metros en el parque del Recinto Ferial.

8 minutos y 21 segundos de carrera (5:07 min/km)… de nuevo constato que no me gustan distancias cortas, son distancias muy explosivas, para correr muy rápido en poco tiempo y me parece que, o es que me he acostumbrado a hacer kilómetros, o mi cuerpo no reacciona bien a esas distancias cortas.

Con todo, este fin de semana raro me sirvió para completar el ranking de distancias posibles de manera que desde la milla, hasta el medio maratón… ya lo he probado todo, habrá que buscar nuevas distancias.

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